Entrevista sobre "Un Secreto Alucinante" realizada por el psicólogo José Luis Gonzalo Marrodán

24.04.2024

Hoy, quería compartir con todos y todas vosotras una entrevista que el psicólogo especialista en apego, trauma y resiliencia, José Luis Gonzalo Marrodán, ha hecho a Mireia Bazu, la autora de nuestro libro "Un Secreto Alucinante: Aprende a Escuchar a tu Cuerpo junto a Lukas y Fordy". Reproducimos aquí la entrevista publicada en su blog Buenos Tratos.

Presentación
Hoy os presentamos este material imprescindible en nuestra biblioteca, pues como bien sabéis no andamos nada sobrados de herramientas psicoeducativas de calidad. Si seguís este blog, seguro que conocéis la Teoría Polivagal de Stephen Porges, porque hemos hablado de ella varias veces. Es probable que hayas tenido que explicar a un niño o a las familias los conceptos básicos de esta teoría y hayas echado de menos disponer de algún material de apoyo. Es posible que le hayas puesto imaginación para hacerte entender. Pues bien: esto ya no es un problema porque Mireia Bazu ha elaborado un cuento sencillo pero muy claro y atractivo, con dibujos muy logrados, para que podamos disponer al fin de un recurso para acercar esta teoría a personas menores de edad, adultos y familias, que también agradecen que el lenguaje sea fácil. El cuento me ha encantado. Mireia ha logrado algo que no está al alcance de todo el mundo: hacer comprensible y digerible lo que es complejo. La tarea psicoeducativa es lo que más agradecemos porque es uno de los pilares de nuestra labor profesional.

Con el fin de conocer más este cuento, me he acercado donde Mireia Bazu que, encantadora, me ha recibido amablemente y ha accedido a hacer esta entrevista para Buenos tratos.
Mil gracias, Mireia Bazu, por este excelente trabajo que nos es de gran utilidad.

Preséntate por favor, Mireia, para quienes no te conocen.
Hola, soy Mireia Bazu, mamá, consultora de crianza y educación conscientes e inclusivas y autora de cuentos infantiles. Lectora incansable, amante de la naturaleza y los animales, y apasionada de la educación y la literatura infantil y juvenil. Desde muy pequeña recuerdo haber soñado con ser mamá, veterinaria y escritora por el amor absoluto que me despertaban los niños, los animales y las historias.
Crecí y la vida me llevó por otros derroteros, licenciándome en ADE&MBA y trabajando en marketing, cine y arte, lo que me permitió mirar el mundo desde muy diferentes perspectivas y nutrirme de multitud de historias humanas. Aunque, pasado un tiempo, cuando sentí la llamada de la maternidad, hace ya más de diez años, comencé a transitar un nuevo camino personal que me llevó a investigar y formarme en Crianza y Educación Conscientes, Pedagogías Activas (Montessori, Waldorf, Reggio Emilia), Terapia de Juego, Arteterapia y Neuroeducación.

En la actualidad, asesoro a familias y docentes sobre crianza y educación desde un punto de vista holístico, empático y compasivo basado en la neurociencia, la psicología del desarrollo, la teoría polivagal y las pedagogías activas que pone el foco en nuestra neuroanatomía y su impacto en el comportamiento y el aprendizaje. Asimismo, comparto con niños y niñas neurodiversos la magia de los libros, el juego y la expresión creativa en talleres donde priorizo la conexión, la seguridad sentida, la autonomía, el movimiento y la conciencia somatosensorial. También abogo por el trato respetuoso hacia la infancia y por una educación compasiva y realmente inclusiva para los niños neurodivergentes.

He publicado el cuento ilustrado "Simplemente Olivia", una historia muy dulce y tierna que nos invita a niños y adultos a reflexionar sobre las etiquetas y a abrazar todas las facetas y matices de nuestras personalidades; y "Un Secreto Alucinante. Aprende a Escuchar a tu Cuerpo junto a Lukas y Fordy", un libro ilustrado para grandes y pequeños basado en la Teoría Polivagal del que os contaremos más detalles en esta entrevista.

Mireia Bazu. Autora de Un Secreto Alucinante"
Mireia Bazu. Autora de Un Secreto Alucinante"

¿Puedes hacernos un breve resumen de la teoría polivagal para quienes no la conocen, para que las familias la entiendan?

La Teoría Polivagal es una teoría desarrollada por el neurocientífico Stephen Porges que nos explica el modo en que el cuerpo, el sistema nervioso y el cerebro dialogan e interactúan entre sí en nuestro día a día con el fin de cuidarnos y protegernos. Un diálogo constante que va más allá de nuestra conciencia y voluntad, y que afecta profundamente al modo en que adultos y niños experimentamos la vida y nos relacionamos con nosotros mismos, con el entorno y con los demás, dependiendo de si nos sentimos seguros, en peligro o bajo amenaza. Una teoría imprescindible en el ámbito de la infancia que subraya nuestra necesidad biológica, como humanos y mamíferos, de sentirnos seguros y de estar en conexión con los otros, y que nos va a ayudar a mirar a los niños y sus comportamientos de una forma totalmente diferente a la habitual. Una forma de mirar que, en vez que centrarse en corregir, cambiar o eliminar los comportamientos más difíciles, disruptivos e incómodos -por asumir que son intencionados- nos invita a observarlos con curiosidad y a recibirlos como una información muy valiosa para entender mejor a los niños y sus necesidades; como un pedido de ayuda de los niños para que les veamos, escuchemos y apoyemos con sus retos, y para que les ayudemos a sentirse de nuevo seguros y regulados en cuerpo, mente y corazón. Y esto es realmente importante, porque cuando cambiamos la mirada, cuando aprendemos a observar con curiosidad al niño y a descifrar qué nos está expresando a través de su cuerpo, ya sea con su tono de voz, comportamientos, movimientos, postura corporal, mirada o gestos, comenzamos a ver a un niño diferente, un niño maravilloso que tan sólo necesita de nuestra conexión, compasión y ayuda para volver a sentirse bien.

En definitiva, la Teoría Polivagal aplicada a la infancia, nos permite darnos cuenta de que todos los comportamientos de los niños tienen sentido cuando los miramos desde este prisma, cuando reconocemos en ellos nuestro "imperativo biológico" -en palabras del propio Stephen Porges- de seguridad y conexión.


¿Cómo surge la idea de crear el cuento "Un Secreto Alucinante: Aprende a Escuchar a tu Cuerpo junto a Lukas y Fordy"?
La idea de crear un libro ilustrado para que niños y adultos descubran la Teoría Polivagal en un viaje compartido con sus vínculos de referencia surgió, hace ya muchos años, cuando empecé a investigar sobre neurodivergencia desde un punto de vista holístico. Mis investigaciones me llevaron a descubrir el trabajo de Stephen Porges, Mona Delahooke, Stuart Shanker, Ross Greene, Lori Desautels, Bruce Perry y muchos otros profesionales que apuestan por miradas y enfoques que honran, respetan y atienden las particularidades individuales de niños y jòvenes a la hora de experimentar y procesar sus experiencias en el mundo.

A medida que iba leyendo más sobre el tema e integrando en mi propia vida los conceptos de la Teoria Polivagal, pensaba mucho en que me hubiera gustado aprender en el colegio a familiarizarme con mi sistema nervioso y sus distintos estados, porque me habría ayudado a abrazar, entender y disfrutar de mi propia neurodivergencia y sensibilidad, y a sentirme mucho más segura y empoderada en mi vida.
El trabajo de Stephen Porges es tan brillante e importante, tan necesario para nuestro bienestar físico, emocional, social y cognitivo que no me parecía justo que sólo pudieran disfrutarlo profesionales de la psicología y del ámbito académico universitario (risas), por lo que decidí seguir investigando para poder traducirlo a un lenguaje que fuera sencillo y accesible tanto para adultos como para niños.
Creo que esta teoría debería inspirar todas nuestras relaciones sociales, porque el cambio de paradigma en la educación y la crianza no va a suceder si se hace de forma aislada,…requiere de un cambio a nivel colectivo, social, un cambio que empieza por mirarnos a nosotros mismos y a los demás con esa mirada compasiva que nos invita a ofrecer seguridad y conexión en lugar de juicio, crítica y exclusión, especialmente cuando hablamos de personas con cerebros, comportamientos y sensibilidades "diferentes".

Todos, niños y adultos, estamos unidos en una búsqueda común: entornos y relaciones que nos hagan sentir seguros, aceptados, valorados, queridos y comprendidos, entornos y relaciones que satisfagan nuestras necesidades biológicas de seguridad y pertenencia. Sin ellos, hay sufrimiento y no podemos aprender, relacionarnos, disfrutar ni enamorarnos plenamente de la vida…
Por eso, básicamente, quise crear este libro, para aportar mi pequeño granito de arena en ese sentido y para que vayamos entendiendo como sociedad que el buen trato hacia la infancia empieza por hacerles sentir amados y seguros allá donde estén.

A través de los personajes de Lukas y Fordy los niños pueden aprender a escuchar su cuerpo. Esta sabiduría no se enseña en la educación de nuestros hijos, parece que nos centramos en el conocimiento racional…
Totalmente. La inmensa mayoría de los colegios de nuestro país basan la educación de nuestros hijos en lo académico, en el aprendizaje de unas determinadas materias que todos los niños, independientemente de sus intereses, tipos de inteligencias y necesidades, deben aprender por igual. Nos olvidamos que la ciencia nos dice que el aprendizaje significativo sólo es posible cuando hay emoción, vínculos seguros y entornos respetuosos con las diferentes necesidades y sensibilidades sensoriales de los niños.

Por eso, desde mi punto de vista, debemos cambiar completamente el enfoque educativo en nuestro país y empezar a pensar en las escuelas como espacios de crecimiento conjunto de niños, jóvenes y adultos, como comunidades de aprendizaje donde cada una de las personas que las conforman puedan sentirse seguros, respetados, escuchados, valorados y tenidos en cuenta. Y esto es especialmente relevante cuando hablamos de niños y niñas neurodivergentes, porque sus sistemas nerviosos más sensibles son más propensos a la activación constante de estados defensivos y, por tanto, a ser impactados por el trauma de vivir en un mundo que, con mucha frecuencia, les resulta abrumador.
Siempre digo que los niños neurodivergentes o los que tienen necesidades diferentes a lo "típico" ponen a prueba la calidad de las escuelas, de la cultura organizativa, de las relaciones… y, lamentablemente, por mi propia experiencia y por lo que me cuentan las familias con las que trabajo, son pocas las que la superan.

Por otra parte, me gustaría hablar sobre el "boom" de los últimos años relacionado con la educación emocional, una educación que, según nos dicen, todos deberíamos impartir a niños, niñas y jóvenes en edad escolar. Ha sido un avance, claro, porque en mi época el mundo emocional se dejaba completamente de lado o apenas se mencionaba, y todo se centraba en el aprendizaje meramente intelectual. Sin embargo, la educación emocional que, en la actualidad, están recibiendo la mayoría de niños en distintos ámbitos suele ser bastante superficial, muy cognitiva, y generalmente se limita a que los niños aprendan el nombre de las emociones y las asocien a distintos colores, marcando como objetivo que los niños aprendan a estar en calma.
Sin embargo, me parece que eso es un aprendizaje demasiado racional que omite aspectos corporales necesarios para potenciar no sólo el desarrollo socioemocional de los niños, sino también su autoconocimiento y resiliencia: la importancia de escuchar a nuestro cuerpo, de entender sus señales, de desarrollar un lenguaje relacionado con las sensaciones que les permita identificarlas, observarlas, reconocerlas, vivenciarlas y prestarles atención.

Yo creo que la educación emocional en los hogares y las escuelas debería ser integral y mostrar que las sensaciones, emociones, pensamientos y necesidades están relacionados, que cuando sentimos esa tensión en los músculos, ese corazón acelerado y ese sofoco en la piel, es porque el cerebro nos está mandando señales para protegernos, para que entendamos, por ejemplo, que nos estamos enfadando, que nuestros pensamientos van a reflejar cómo nos sentimos en ese preciso momento y que, en lugar de descargarlo contra los demás o contra nosotros mismos, podemos encontrar formas constructivas de expresarlo y, de esa manera, ir recuperando nuestro equilibrio y nuestra sensación de seguridad. Una educación emocionalque, para ser realmente efectiva y poder ser integrada por los niños, debería partir de nuestro propio ejemplo como modelos de autorregulación.

Enseñarles esa visión holística va ayudar a los niños a no identificarse con sus emociones, pensamientos ni comportamientos, a ir desarrollando poco a poco su capacidad de autorregulación en nuestra compañía, a desarrollar su empatía y compasión hacia sí mismos y hacia los demás al entender que cada uno lo hace lo mejor que puede en cada momento, que él, ella y sus compañeros tienen su propio ritmo y forma única de expresar sus necesidades, y que todos y todas podemos construir espacios, comunidades y entornos en los que nos ayudemos unos a otros a sentirnos seguros, regulados y en conexión con lo que sentimos en cuerpo, mente y corazón. Y también a descubrir que no se trata de estar siempre en calma, sino de ser capaces de tolerar, sentir y vivenciar todas nuestras emociones y sensaciones para poder expandir nuestra ventana de tolerancia al estrés y vivir una vida más plena, auténtica, conectada y humana.

Uno de los grandes puntos fuertes del cuento es que mediante atractivos dibujos se ponen ejemplos muy claros y cercanos a la vivencia de los niños para que aprendan a identificar qué es estar en el modo simpático o parasimpático (ventral o dorsal)
Sí, es fundamental que los niños y las niñas puedan identificarse con las vivencias del personaje principal del cuento, Lukas, porque hay muchos niños que o bien no tienen las palabras necesarias para expresar cómo se sienten en un determinado momento o bien tienen dificultades para entender y expresar lo que están sintiendo tanto a nivel corporal como a nivel emocional. Y de esta manera, con el libro, van a poder entenderse mejor y compartir con sus vínculos de referencia cómo se sienten; van a descubrir que todos, adultos y niños, tenemos vivencias parecidas en nuestra vida y que identificarlas y atenderlas nos va a permitir conocernos mejor y encontrar estrategias para superar nuestros retos, para lidiar con nuestro estrés.

Que los niños aprendan a identificar los distintos estados del sistema nervioso autónomo (conexión social, lucha/huida y colapso) y a familiarizarse con las distintas sensaciones, emociones y comportamientos que los acompañan, les va a permitir conocer mejor su cuerpo y sus señales, y aprender a reconocer tanto sus estresores principales como sus fuentes de seguridad, lo que es crucial para su desarrollo socioemocional y su resiliencia.

Desde el primer momento, tuve muy claro que era necesario traducir la teoría polivagal a un lenguaje muy visual, que fuera atractivo, expresivo y fácil de entender tanto para los niños como para los adultos. Por eso, cuando vi el trabajo de Federico Gomis, el ilustrador de este cuento, lo tuve clarísimo, y supe que sus ilustraciones conseguirían justamente ese objetivo, porque poseen una combinación increíble de frescura, ternura y humor, y son capaces de expresar muchos matices emocionales y de seducir a todo tipo de lectores.

Que los niños puedan aprender a formar un súper equipo con su cuerpo y su cerebro y puedan idear estrategias para regularse es importante. Pero lo que más me ha gustado es que son los adultos los que deben de responsabilizarse de ayudar a los niños a activar el modo de conexión social, con lo cual se pone el acento en la trascendencia de la regulación interactiva, es decir, todo el peso no se puede poner en manos de los chicos…

Me alegra que lo menciones, José Luis, porque esa regulación interactiva, que Stephen Porges llama corregulación, es el punto clave que debemos integrar todos los adultos que nos relacionamos con niños, seamos padres, madres, cuidadores, maestros, psicólogos u otros profesionales al servicio de la infancia.
La capacidad de autorregulación en la infancia no se desarrolla enseñando a los niños herramientas de autorregulación desde preescolar, sino a través de infinidad de experiencias de corregulación consistentes y predecibles con adultos amables y empáticos que les ayuden a recuperar su equilibrio durante los momentos de estrés. Es un proceso evolutivo que está íntimamente relacionado con el desarrollo de vínculos seguros, una necesidad biológica inherente a nuestra condición de mamíferos humanos que nos va acompañar durante toda la vida.

La corregulación con los niños se podría definir como el proceso a través del cual un adulto regulado ofrece señales de seguridad y conexión a un niño desregulado (esto es, un niño con activación simpática o vagal dorsal en su sistema nervioso) para que pueda apagar la alarma de su cerebro y activar su sistema de seguridad y conexión social a través de la vía vagal ventral. Es decir, el proceso de ayudar a nuestros niños a vivenciar y tolerar sus emociones y sensaciones más intensas arropados por nuestro amor, conexión, seguridad y empatía.

Siempre pienso en la regulación como un lenguaje más, el lenguaje de los ritmos y de la reciprocidad relacional que los niños van a aprender e integrar de una forma parecida a cómo aprenden e integran su lengua materna: empapándose de ella a través de las relaciones, experimentándola de forma repetida en diferentes contextos y situaciones, emulándola en su propio cuerpo como reflejo de aquello que procesa e integra a través de todos sus sentidos.


Por eso, de entre todas las herramientas de regulación emocional para niños y jóvenes, la mejor son los distintos adultos de referencia en la vida del niño y la relación que son capaces de tejer con él. Adultos que, con su mirada amable y delicada, su postura relajada y reconfortante, su tono de voz dulce y pausado, su autenticidad, escucha y comprensión, sepan mirar más allá de lo obvio (etiqueta y comportamiento) y ofrecer una presencia serena y compasiva que envuelva a los niños en ese manto de amor, seguridad y conexión que necesitan para superar sus retos, para crecer sanos y flexibles, y para aprender y disfrutar de sus aventuras en el mundo.

Me parece un gran acierto que incluyáis un material para que el niño pueda trabajar con la guía de un adulto los momentos y actividades que le ayudan a sentirse regulado y en equilibrio…

Gracias, José Luis. Decidimos incluir un material de trabajo asociado a "Un Secreto Alucinante" justamente para que el aprendizaje pueda ser vivencial, para que una vez leído el libro, niños y adultos puedan prestar atención a su propio cuerpo, a sus propias vivencias y a su propio ritmo de regulación. Para que niños y adultos sientan y descubran que en cada sensación hay un mensaje muy profundo e importante del cuerpo que nos da pistas sobre qué necesitamos, sobre cómo nos hacen sentir las personas, entornos, situaciones y actividades que forman parte de nuestro día a día. Mensajes a los que debemos atender para poder identificar tanto aquello que nos ayuda a sentirnos en equilibrio y regulados en casa y en el colegio, como aquello que nos hace sentir malestar y desregulación y que nos desconecta de nosotros mismos, del entorno y de los demás.


Un aprendizaje crucial (y más aún si es en un viaje compartido con adultos) porque nuestras experiencias, repetidas a lo largo del tiempo, van a dar forma tanto a nuestras creencias como a la historia de nuestras vidas. Y, ya desde pequeños, necesitamos que nos enseñen a tornar la mirada hacia dentro, a aprender, sentir y entender que es natural moverse entre los distintos estados y experimentar un amplio abanico de sensaciones, emociones y pensamientos. Y que, además, tenemos el superpoder de descubrir e idear estrategias agradables y divertidas que nos ayuden a recuperar nuestra paz, seguridad, equilibrio y alegría cuando no nos sentimos bien.


En casa, nosotros tenemos colgadas las láminas de trabajo que acompañan al libro en un lugar visible. Y cada día, por la tarde, dedicamos unos minutos a escanear nuestro cuerpo, a compartir nuestras sensaciones, nivel de energía e identificar el estado del sistema nervioso en que nos encontramos. Entonces, miramos los dibujos que cada uno ha hecho para plasmar las actividades que nos regulan, equilibran y nos hacen sentir bien, y nos preguntamos: ¿hemos disfrutado de alguna de ellas hoy? ¿Cuántas? ¿Cuáles? ¿Necesitamos practicar alguna más hoy para sentirnos mejor y poder equilibrar nuestro nivel de energía? ¿En qué situaciones hemos sentido malestar y desregulación? ¿Cuál podría ser la causa? ¿Cómo hemos recuperado nuestro bienestar?... Es un ritual de conexión, autocuidado y reflexión muy bonito y sencillo que recomiendo practicar a todas las familias y maestros con sus niños (pero sólo siéstos están interesados y les parece divertido).

Porque, incidiendo de nuevo en la corregulación y el modo en que los niños aprenden a regularse, para que ellos aprendan a familiarizarse con su sistema nervioso autónomo van a necesitar que exista al menos un adulto en su vida que también esté dispuesto a hacerlo.


Al final has incluido una guía para familias y profesionales, algo imprescindible.

Sí, decidí incluir una guía, porque considero que conocer la Teoría Polivagal y sus principios fundamentales (jerarquía de los estados del sistema nervioso autónomo, la neurocepción y la corregulación) nos va a permitir a los adultos integrar aspectos cruciales que impactan profundamente en nuestras emociones, comportamientos, relaciones y formas de percibir y de estar en el mundo, y que, por tanto, van a definir nuestra calidad de vida, nuestro nivel de bienestar y la forma en que educamos y acompañamos a nuestros niños y niñas en su caminar por la vida.

Cuando familias y profesionales descubren el impacto que sus propios estados neurofisiológicos tienen en los niños, es decir, el modo en que sus propias emociones, actitudes y comportamientos afectan a las emociones y comportamientos de los niños y a su neurocepción de seguridad, las relaciones mejoran y su forma de acompañar y educarles comienza, paso a paso, a ser más respetuosa, consciente e informada.

Comienzan, algunos de ellos, a cuestionar las prácticas educativas que vivenciaron de niños, a entender que, aunque una gran mayoría siga educando a base de premios y castigos y con el foco puesto en modificar conductas y erradicar comportamientos (sin plantearse su función adaptativa ni las causas que los impulsan), las cosas se pueden hacer de una forma más sana, respetuosa y alineada con nuestras necesidades biológicas y con la forma en que funciona nuestro cerebro.

Como ya he comentado anteriormente, pienso que todos los adultos que se relacionan con niños deberían saber que la mejor estrategia y herramienta son ellos mismos, su capacidad de permanecer regulados en los momentos de desregulación del niño y de ofrecer la presencia segura y sensible que los niños necesitan para fortalecer su sistema nervioso, superar sus retos y crecer sanos, en equilibrio y en conexión con lo que sienten en cuerpo, mente y corazón.

De ahí que debamos, entre todos, cambiar el foco del enseñar al ser y empecemos a centrarnos en tejer relaciones profundas, sanas y auténticas que sean fuente de alegría, conexión y seguridad para todos. Porque así, de esta forma, el deseo de aprender, de descubrir el mundo y de explorar su entorno se despertará (y emanará) naturalmente en todos ellos.
Ésas son algunas de las ideas sobre las que me gustaría que reflexionaran los adultos que lean el libro.


¿No tenéis pensado hacer alguna promoción por los colegios? Creo que sería muy útil y beneficioso porque llegaréis a muchos niños y familias…

Sí, José Luis, que "Un Secreto Alucinante" llegue a muchos colegios, familias y niños es fundamental. Hemos contactado con muchos colegios y algunos de ellos ya lo están trabajando con los niños en clase. Pero nuestro alcance es bastante limitado: Mar de Sauces es una editorial muy pequeña e independiente de reciente creación, completamente autofinanciada (sin subvenciones de ningún tipo). Además, los autores del libro no somos famosos ni "influencers", por lo que suele costar mucho llegar a familias y colegios, e incluso que nos den la oportunidad de explicar de qué trata el libro y de mostrarles lo valioso que es como herramienta de educación emocional para trabajar junto a los niños tanto en el colegio como en los hogares.
El mundo editorial en España es un oligopolio y, por tanto, muy complejo para las editoriales pequeñas y los autores independientes… De ahí que nosotros, aparte de las pequeñas acciones de marketing que podamos realizar, dependemos mucho del boca a boca, de que las personas que descubren el libro y lo valoran lo recomienden en sus entornos (colegios, bibliotecas, AMPAs, colegas de profesión y amistades) y nos apoyen con su compra.
Por eso, José Luis, agradezco infinitamente que me hayas invitado a tu maravilloso blog para hablar sobre nuestro libro y poder así llegar a muchas más familias y profesionales que podrían beneficiarse de él.


¿Ya conoce Porges este cuento? Habrá que hacerle llegar uno, yo creo que le va a encantar…

Me encantaría que Stephen Porges conociera y leyera "Un Secreto Alucinante". Ya sois muchos los profesionales del ámbito de la salud mental infantil que me habéis sugerido que se lo haga llegar. La asistenta de la Dra. Lori Desautels - miembro ésta última del Instituto Polivagal en Estados Unidos, experta en la aplicación de la Teoría Polivagal en el ámbito educativo, y cuyo trabajo ha sido fundamental para desarrollar este libro- lo leyó en español hace unos meses y le encantó… animándome incluso a que lo tradujera al inglés para que el libro pudiera llegar a más gente. Valoré traducirlo, pero como no tenemos los fondos necesarios para una traducción profesional técnica de calidad, he pensado que sería más interesante que fuera una editorial extranjera la que se encargara de ello en el futuro, ya que además tienen mayor conocimiento del mercado anglosajón y de sus canales de venta y distribución. Ya hay algunas que han mostrado interés…

Ahora mismo, el libro está de camino a USA para que un miembro del Consejo Editorial del Instituto Polivagal lo lea en español… Si a ella también le gusta el libro, quizá pueda llegar a Stephen Porges.
Me encantaría que lo tuviera en sus manos y que le llegara mi agradecimiento por haber desarrollado una teoría tan valiosa que nos va a ayudar a todos, como sociedad, no sólo a relacionarnos de una forma más sana y consciente con nuestros niños, sino a hacer de este mundo un lugar más amable, empático e inclusivo para todos.

Gracias de nuevo, José Luis, por tu tiempo, por el apoyo y por esta interesante charla. Un gran honor poder ser parte de tu blog.


Gracias a ti, Mireia, por atendernos.

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Esta entrevista se publicó originalmente en el Blog Buenos Tratos. Aquí tenéis el link: Buenos tratos. Apego, trauma, desarrollo, resiliencia.: Un cuento que acerca la teoría polivagal a los más pequeños y a las familias: "Un secreto alucinante: Aprende a escuchar tu cuerpo junto a Lukas y Fordy", por Mireia Bazu

Si estáis interesad@s en este libro, podéis adquirirlo aquí: MAR DE SAUCES EDITORA